DECÁLOGO DEL AUDITOR INTERNO
Sé Integro
Mantén tu independencia mental cuando expreses una opinión, se objetivo y mesurado al actuar frente a los asuntos bajo tu responsabilidad.
Sirve
Tú eres el profesionista en el que los auditados confían en que propondrás soluciones adecuadas a los problemas. Las diferencias cualquiera las comenta, pero proponer acciones de mejora debe ser tu objetivo de excelencia.
Sé Honesto
Tú eres el primero que debe estar dentro de la legalidad y promover su cumplimiento. No aceptes favores que impliquen o aparenten corromper tu función.
Sé Prudente
Tu profesionalismo empieza con tu discreción; recuerda que la información que obtienes es únicamente para formarte una opinión y emitir un juicio.
Sé Humilde
Preguntar es la mejor manera de conocer el porqué de las cosas, ten la modestia de reconocer que no lo sabes todo; además, la calidad de tu trabajo se incrementa encontrando explicaciones de las personas que realizan la función, enriqueciéndola con la opinión de la gente con experiencia.
Actualízate y Compite
Estimula tu desarrollo profesional con la educación continua y date la oportunidad de no ser un auditor obsoleto. En los límites de la cortesía y el respeto mutuo, la competencia leal entre compañeros y auditados te impulsara a obtener trabajos que representen un reto mayor.
Coopera
Interésate por el trabajo en grupo. Intercambia opiniones con tus compañeros de trabajo, esto enriquece la auditoria.
Planea
Antes que todo, establece puntos de control, las actividades, las relaciones de grupo y las estimaciones de tiempo: ese es tu proyecto.
Convéncete y Convence
La evidencia es tu única arma. Obtén la necesaria para formarte un juicio y soportar tu opinión ante terceros, ya que la función de auditoria implica convencer para mejorar y no vencer para que prevalezca tu opinión.
Ama tu Función
Solo así lograras la excelencia en tu profesión y dignificar al auditor interno.
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